Haras Maitenal fruto de la herencia familiar
Desde temprana edad la familia Iacobelli se preocupa de no perder la tradición por los caballos de las nuevas generaciones
Reducido y selecto número de yeguas han permitido ya varios éxitos clásicos al nuevo haras Maitenal.
Donde antiguamente estaban las instalaciones del Haras Millahuín, la familia Iacobelli Ovalle disfruta hoy la hípica no sólo como propietarios, sino también como criadores en un haras familiar que han aprovechado a más no poder.
Sangre netamente hípica es la que acusa el pedigree de la familia Iacobelli Ovalle. Por el lado paterno, ambos bisabuelos eran fanáticos de la hípica, lo mismo que su abuelo don Osvaldo Iacobelli, y para qué decir su padre Pablo Iacobelli del Río, actual titular del stud Maitenal, que heredó de su padre Osvaldo y éste de su suegro, Alfonso del Río. Por el lado materno, el abuelo de los Iacobelli Ovalle fue don José Manuel Ovalle, fundador del Haras Millahuín, donde crió por varios años en Melipilla, destacando Massera, ganador en Chile y EEUU en la década de los ´80.
La historia hípica de la familia Iacobelli se remonta a mediados del siglo pasado, época en que don Alfonso del Río inscribió los colores del actual stud Maitenal bajo su nombre en el Stud Book de Chile, siendo, a esta fecha, uno de los colores más antiguos de los que se tenga registro. La enseña roja, mangas azules y gorra negra fue, posteriormente, heredada por su yerno don Osvaldo Iacobelli quien, ya como “Maitenal”, se dio el lujo de ser propietario de la gran Rosamora (Winning II), que ganó Las Oaks y el Gran Clásico Coronación en 1995, además de 2ª en El Ensayo, ganado por Húsares. Luego, Pablo Iacobelli del Río asumió la titularidad del histórico stud Maitenal y en calidad de propietario, ha mantenido los colores avalado Tiberio Graco y Filipo Bruneleschi, entre otros ganadores clásicos.
Sin embargo, fue en 2011 cuando Pablo Iacobelli, junto a sus hijos (Iacobelli Ovalle), decidieron incursionar en la crianza aprovechando las instalaciones del ex haras Millahuín, donde se propusieron criar con un máximo de cinco yeguas. Hoy a
trece años y manteniéndose como haras familiar, ya cuentan en su vitrina a las clasiqueras Forever Mar (Constancio Silva (L) y La Bebé, ambas hijas de Forever Thing, Rogerthat, La Pitti, Piter Alfonso y Montalcino Royale, entre tantos otros.
Esa es la historia del naciente criadero de los Iacobelli, que revivieron las instalaciones del desaparecido Haras Millahuín para vibrar desde una esfera distinta a la de ser propietarios, pero con la clara consigna de disfrutar el doble si logran criar a una campeona de la clase de Rosamora.
Puede continuar leyendo este reportaje de Sabatián Coloma en Revista Criadores de Chile (páginas 32-33)